sábado, 29 de agosto de 2015

“Si tú me quedaras ciegas”

Si tú te me quedaras ciega !Qué solícito amor sería yo a tus pies … ¡ Si tus ojos se me quedaran inmóviles en el tránsito dócil de nuestro beso, qué fiesta de caricias cuidadosas para la última imagen…¡

!Qué amanecer de voces cándidas en la primera noche de tus ojos perdidos… ¡ Recién nacida, entre mis brazos, serías mi pequeña discípula.

Amanecida frente a todas las cosas; desnuda de ignorancias como los niños, ensayarías tu andar por la casa con mi voz a tu lado mimándote el peligro.

Mi nueva vos domesticada y buena, voz de cada rincón vigilante, voz que cada cosa tendría que aprender para que tú pudieras verla.

!Si tú te me quedaras ciega, que casa hermosa te construiría mi voz … ¡ Alnohaditas blandas de sombras, cortinas leves en punto de brisa, jardín de rosas que supieran decir sus colores, y un balcón de aire, alto, para que aprendieras a exclamar sin amargura que la tarde está bella.

!Sí, las cosas serían ciegas ese día en que tú me confiaras tus ojos… ¡ y aquel total olvido de colores cansados, como si desecharas cintas ya desteñidas, y aquel bordar sin tregua: silencios y silencios, blancos, rosas, azules, --tus silencios risueños-como una madre joven en la que todavía quiere seguir soñando ternuras inocentes la novia.

Sumisión de tu gracia a mis ojos. Entrega temblorosa de todo lo que en ti fuera naciendo. Plenitud de no saber qué hacer con tanta dicha. !Qué espejo fiel de tu más simple gesto, qué vida de juguete entre tus manos buenas, sería yo para ti si algún día te me quedaras ciega… ¡

Por:

Héctor G. Villalobos.
Caracas,Venezuela (30 de Marzo de 1.959)

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