Todo en ella encantaba, todo en
ella atraía su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar…
El ingenio de Francia de su boca
fluía. Era llena de gracia, como el Avemaría !Quien la vio no la pudo ya jamás
olvidar…¡
Ingenua como el agua, diáfana
como el día; rubia y nevada como Margarita sin par, al influjo de su alma
celeste amanecía: era llena de gracia, como el Avemaría !Quien la vió no la
pudo ya jamás olvidar… ¡
Cierta dulce y amable dignidad la
investía de no sé qué prestigio lejano y singular, más que muchas princesas,
princesa parecía: era llena de gracia como el Avemaría !Quien la vio no la pudo
ya jamás olvidar… ¡
Yo gocé el privilegio de
encontrarla en mi vía dolorosa; por ella tuvo fin mi anhelar, y cadencias
arcanas halló mi poesía.
Era llena de gracia como el Avemaría
!Quien la vio no la pudo ya jamás olvidar… ¡
!Cuánto, cuánto la quise… ¡ !Por
diez años fue mía; pero flores tan bellas nunca pueden durar… ¡ Era llena de
gracia como el Avemaría; y a la fuente de gracia, de donde procedía, se volvió…
como gota que se vuelve a la mar… ¡
Por: Amado Nervo.
Caracas, Venezuela (27 de Febrero de 1.959)
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