sábado, 29 de agosto de 2015

“Deseos”

Yo quisiera salvar esa distancia, ese abismo fatal que nos divide y embriagarme de amor con la fragancia mística y pura que tu ser despide.

Yo quisiera ser uno de los lazos con que decoras tus radiantes sienes; !yo quisiera en el cielo de tus brazos beber la gloria que en tus labios tienes… ¡

Yo quisiera ser agua y que en mis olas, que en mis olas vinieras a bañarte para poder como lo sueño a solas, a un mismo tiempo por doquier besarte.

Yo quisiera ser lino y en tu lecho, allá en las sombras, con ardor cubrirte temblar con los temblores de tu pecho y morir del placer de comprimirte.

¡Oh…¡ Yo quisiera mucho más … ¡ !Quisiera llevarte en mí como la nube el fuego, más no como la nube en su carreta para estallar y separarnos luego… ¡

Yo quisiera en mí mismo confundirte, confundirte en mí mismo y entrañarte, yo quisiera en perfume convertirte, convertirte en perfume y aspirarte.

Aspirarte en un soplo como esencia y unir a mi existencia tu existencia, y unir a mis sentidos tus sentidos.

Aspirarte en un soplo del ambiente y así verter sobre mi vida en calma, toda la llama de tu pecho ardiente y todo el éter de lo azul de tu alma.

Aspirarte, mujer… De ti llenarme. Y en ciego, y sordo, y mudo constituirme, y ciego, y sordo y mudo consagrarme al deleite supremo de sentirte, y la dicha suprema de adorarte.

Por:
Salvador Díaz Mirón.
Caracas, Venezuela (05 de Febrero de 1.959)

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