Puedo escribir los versos más
tristes esta noche. Escribir por ejemplo: “La noche está estrellada, y tiritan,
azules, los astros a lo lejos."
El viento de la noche gira en el
cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y
a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve
entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería, cómo
no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más
tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la
noche inmensa, más inmensa sin ella y el verso cae al alma como al pasto el
rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera
guardarla la noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo
lejos alguien canta.
A lo lejos. Mi alma no se contenta
con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca y ella no está
conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles, nosotros, los de
entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero
cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de
otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro, sus ojos
infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero, es tan corto el
amor y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve
entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque este sea el último dolor que
ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Por:
Pablo Neruda
Caracas, Venezuela (28
de febrero de 1.959)
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