Me voy con la tarde linda recordando a la mulata. Un soplo de brisa
ingrata de la copla se me guinda… !Se llamaba Rosalinda… ¡ Un romance del
jagüey, que en este llano sin ley se prendó de mis corríos, y entre amores y
amoríos me la robé de un caney.
Tenía los senos bonitos como las rosas abiertas, su voz en las cosas
yertas fue como el sol de los mitos. Era apretada de gritos cuando la tuve al
encuentro; pulpa de amor era el centro de sus pupilas saltonas, como las frutas
pintonas que dicen mucho por dentro.
Vino un joropo llanero, se puso lindo el caney. Yo jugué mi aragüaney,
mi cobija y mi sombrero; perdí todo mi dinero --me quedé sin un centavo-y para
sacarme el clavo con los nervios amargados, en la ley de un par de dados se la
jugué a un indio bravo.
Se amontonaron los peones para ver quién la ganaba, cada fibra me
saltaba de los soleados pulmones; se ovillaron mis canciones en los silencios
ignotos, y dije entre sueños rotos: --Voy jugando a Rosalinda- !y el dado en la
noche linda me devolvió mis corotos … ¡
Por:
Ernesto
L. Rodríguez. Caracas,Venezuela
(20 de Marzo de 1.959)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario