Venga p!acá m!hija. No me tenga
miedo. Venga que su tata no va a castigarla ni v!echarle en cara tampoco lo que
hizo, porque sabe cierto que no jué por mala.
Ya basta de yantos. Míreme de
frente. No tenga vergüenza de amostrar la cara, que no es un delito darse por
cariño, y sentirse madre no es nunca una falta.
Venga y deame un beso. Su tata
compriende que usté ha cáido m!hija, lo mesmo que tantas que siendo incocentes,
y humildes y güenas, s!entriegan enteras, en cuerpo y en alma.
Moso él, usté masa, los dos
juertes, sanos, yenitos de vida recién aclarada, no vido el querencia mejor que
sus brazos ni usté sol más lindo que el de sus miradas.
Campiando ese cielo que tuitos
campiamos –yevandol ¡e vaquianas a las esperanzas-creyeron hayarlo juntando sus
bocas, y prendieron besos palque se estreyara.
Vino la dentrada de la primavera;
lucieron los cardos sus flores moradas; bordonió el sumbido de los mangangases y
hubo contrapuntos de roncas chicharras.
Nació en los yuyales un aroma
nuevo qu!el viento, travieso, mojó en las cañadas; rosaos macachines garugó l!aurora
y en los espiniyos colgó el sol sus brasas.
Se oyó en las cuchiyas relinchar
los potros qu!iban retosando tras de la yeguada; y olfatiando el aire, y
descarbando el suelo, con ansia salvaje baló la torada.
Se vido a los pájaros andar en
parejas, juntitos los picos, abiertas las alas, amostrando a tuitos su amor
baruyento, madurao a cielo, sol desnudo y alba…
Y ustedes sintieron juego en las
arterias; cada beso, entonces, jué como una brasa; les hirvió po!andentro la
juersa!el instinto, y ansina cumplieron la ley más sagrada.
!No yore, canejo… ¡ !Si tata Dios
hizo al macho y la hembra pa!que se ajuntaran, y el cristiano, mesmo que
cualquiera bicho, debe hacer las cosas
que Tata Dios manda…¡
No l! importe m!hija qu!el pago
mermure y ensucén su nombre los que la creen mala. !Pior que usté son esas que
matan sus crías pa!poder ansina seguir siendo honradas … ¡
Cuando nasca su hijo, ¡que lo
sepan tuitos…! ¡mamará en sus pechos, dormirá en su falda; será su cachorro,
nomás ande quiera, pues ser madre m!hija, !No es nunca una falta… ¡
Por: Serafin J. Garcia.-
Caracas, Venezuela (21 de Febrero de 1.959)
Caracas, Venezuela (21 de Febrero de 1.959)
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